la capacidad anticancerígena de la espirulina ha sido atestiguada por numerosos estudios, gracias a los efectos antioxidantes del β-caroteno, la zeaxantina, la ficocianina y las enzimas que contiene.
La espirulina puede usarse tanto en la prevención como en el tratamiento de cánceres e incluso como contra los efectos dañinos de los rayos ultravioleta.